martes, 12 de marzo de 2013

PARÍS EN UN SUSPIRO


      De vez en cuando, si la vida y las circunstancias lo permiten, hay que darse un gustazo. Una escapada a París es una estupenda posibilidad ¿no te parece? Con una compañía y un tiempo del diez, miel sobre hojuelas. Empiezo con una adivinanza ¿ En qué película reciente aparece este reloj?


         No lo sabes, no la has visto, no importa; siempre tienes la oportunidad de disfrutar con "La invención de Hugo", donde Steven Spielberg hace un homenaje delicioso al cine para todos los públicos. Luego volveré al museo d'Orsay, ahora la media-maratón que nos encontramos al salir del metro en Bastille. Estimulante.








         Sí, son los envases de las botellas de agua que consumían los corredores. Nada es perfecto, aunque cuando echas una mirada alrededor se te olvida.




    

            Cruzar Île St Louis hasta llegar a la contigua de la Cité, donde nació París, con la joya de Notre- Dame al fondo es un lujazo. Se colocó la primera piedra en 1163 y durante 170 años se construyó una de las maravillas del gótico. No salió indemne de la Revolución, pero fue reconstruida entre 1841 y 1864 por el arquitecto Viollet-le-Duc. Gracias.





           París no existiría de no ser por el Sena. Si recorres sus orillas ves casi todos los símbolos de la ciudad. Si embarcas en un bateuxbus casi puedes tocar el cielo y pasar por debajo de alguno de los más de 30 puentes que unen mundos diferentes. Pont neuf, 1607; la moda de los candados en otro de ellos.





       Un alto en el camino para reponer fuerzas antes de entrar en el museo d'Orsay. Aquí, allá. En "Le Frégate", donde te recomiendo que pruebes su sopa de cebolla. Era una de las cosas que quería hacer: tomar una buena sopa de cebolla y, sin buscárla, la encontré.




       No, no te llevo a Londres, por ahora, pero siempre está bien saber las distancias que nos separan de otros destinos. Seguiremos en París. Descansa que todavía nos espera un buen trote.