CON TODO RESPETO

        Sí, con todo mi respeto para las mujeres que, en libertad, deciden cubrirse de arriba a abajo o sólo la cabeza, aunque no comparta esa actitud ante la vida. Pero también con toda mi tristeza por las muchas a quienes les son impuestas estas "costumbres" islámicas y de otras religiones, muchas veces con crueldad. Debo aclarar que durante mi estancia en Qatar y Omán no he tenido el más mínimo problema con la vestimenta. Intenté, eso sí, no provocar sin dejar de ser quien soy. Con los saludos recuerdo que metí la pata en una  ocasión, en que se me quedó la mano en el aire; las mujeres tenemos que esperar a que nos saluden, cuando en Omán, por ejemplo, es normal que los hombres se besen en la boca y se rocen las narices.

         No olvido que hace pocos años, por estas tierras las mujeres no teníamos alma, no nos dejaban ir a la universidad, necesitábamos permiso de un hombre para abrir una cuenta bancaria o salir al extranjero. Tampoco olvido que muchas mujeres nos abrieron nuevos caminos con su vida para que se nos consideráse personas. Porque, queramos o no, todos remamos en el mismo barco. Por eso creo que la siguiente canción de Lenon, grabada en 1970, es todavía válida en muchas circunstancias y lugares del planeta.




        Por supuesto que me quedé con ganas de fotografiar alguna escena, como una en la que un hombre va vestido con bermudas y camiseta, mientras dos pasos detrás le sigue una mujer a la que sólo se le ven los ojos. Corazón encogido. Sé que estos países intentan avanzar. Como te decía no tuve ningún problema para moverte con libertad; introducirme en ambientes exclusivos para hombres, como las carreras de camellos, donde pudé sacar fotos, hablar con unos y otros, aunque sólo conté seis mujeres, todas extranjeras. Nadé sin problemas, tomé taxis. En una ocasión, aeropuerto de Doha, sí noté la mirada furibunda de un clérigo.

        Durante esos días, se publicó una foto en el periódico más leído de Qatar que levantó comentarios. La jequesa, de viaje en Filipinas, con pantalones negros ceñidos, camisa blanca, turbante negro, sentada en el suelo con las piernas cruzadas y rodeada de niños. Se hicieron muchas lecturas de esa fotografía. Un país lleno de contradicciones, más que en Omán por lo que he visto y vivido. Los centros comerciales llenos de tiendas con la ropa más moderna y sexi, biquinis; minifalderas en el edificio de la Ópera que casi ni ves en el Teatro Real de Madrid. La Orquesta de Qatar, por ejemplo, repleta de mujeres y con una solista, Anneleen Lenaerts, que interpretó un concierto de Gliére. Ahora puedes escuchar y ver el último movimiento.



  
      Paseas por "La Perla" y te encuentras con espectáculos como éste. Te asomas a la playa y ves a los niños nadando.

        ¿A quién o qué te recuerda este edificio, el Museo Islámico de Doha, por el que te pasearé en otro momento?

LA EXPANSIÓN DE AL JAZEERA

         No sé si sabes que hace dos días el gobierno chino decidió  no renovar las credenciales de prensa a la corresponsal de Al Jazeera en Pekín. Obligó, de esta manera, a que la cadena árabe cerrase su oficina en inglés en la capital de China. Es la primera vez que sucede en 14 años. Tuve la oportunidad de visitar hace unos días la sede central de Al Jazeera en Doha. Una de las visitas más interesantes y fructíferas que he tenido ocasión de hacer. Recorrí las redacciones centrales en árabe e inglés; hablé con unos y con otros; pregunté de todo.

       Al Jazeera comenzó sus emisiones en 1996, aunque no fue hasta dos años después, con la apertura informativa en Qatar, cuando empezó a encontrar su lugar en el mundo. Hoy, sus canales de TV y Radio pueden llegar a unos 400 millones de hogares. Emite en árabe clásico e inglés; ha sido, y es censurada, por mantener una independencia nada habitual: cierre de corresponsalías en China, Argelia, Bahrein; intentos de censura en Egipto, Arabia Saudí. Vas a ver uno de sus boletines de noticias.

     Al Jazeera, La Isla, muestra otro punto de vista sobre la realidad. Fomenta los debates; el papel de la mujer, un aspecto fundamental para el avance de estos países; da voz a los jóvenes; a los que no tienen voz. Y quizá lo más importante, es una de las patas sobre las que se sostiene el deseo de "visibilidad" internacional de Qatar.

         Todo ello con poco más de 300 profesionales en su sede central, muchos de ellos procedentes de la BBC, y unos medios técnicos muy avanzados.

    Te voy a presentar a Abdullah Musa, quien ha cubierto, entre otras, las revueltas de Egipto y Libia. Y luego al equipo encargado de Relaciones Internacionales. Su responsable, Sarah, me facilitó muchísimo la visita.

   




       En Al Jazeera trabaja también Sami Al-Hajj. Pasó seis años en Guantánamo, acusado de ser correo e informante de Al-Qaida. Fue puesto en libertad en mayo de 2008 y ahora se ocupa de todo lo relacionado con los Derechos Humanos. Impresiona su dignidad. Y es el caricaturista Sujqat Khan, quien se ocupa de ir haciendo este collage.

                                                                                                Pocos días después de la visita a Al Jazeera asistí a la concentración de periodistas en Madrid. Ya es hora de que nos movamos, mejor tarde que nunca ¿no crees?

OMÁN, LA TIERRA DE SIMBAD Y III

         He vuelto a tener la suerte de que un amigo me ha descubierto una canción que tiene mucho que ver con el título del blog. Un millón de gracias. Antes de pasear por Muscat ¡a disfrutar desde los tejados!



        Muscat no siempre ha sido la capital de Omán. Lo fue primero Nizwah, en el interior, adónde no fui porque no tenía más tiempo y en los viajes siempre hay que dejar algo pendiente de ver, para volver. La actual capital del sultanato se asoma al golfo de Omán; a su puerto ,"Cryptus Portus", ya se refería Ptolomeo y fue muy apreciada entre griegos y romanos por su incienso.

           La ciudad se extiende a lo largo de 50 kilómetros, está encajonada entre el mar y las montañas; el 6 de junio de 2007 quedó media arrasada por el ciclón "Gonu". Muchos todavía lo recuerdan.

     Ese día el zoco estaba inundado, no había dejado de jarrear durante toda la noche con tormentas magníficas. Por la mañana, las casas y mezquitas que jalonan la Corniche resplandecían.

        En el Zoco, como puedes ver, estaba complicado entrar a no ser que te descalzáses.

      Pero sí se podía tomar un café en el bar que entrevés a la izquierda, de cuento.

        Y ver desde ahí o desde allá la multitud de culturas y razas que integran este país.

    No creo que al sultán le sucedan estas cosillas de la vida. Contempla su palacio.

        Al aeropuerto para volver a Doha, con una canción que le encanta a una gran amiga. Para ti, por tu hospitalidad, por hacer todo lo posible, y lo imposible, para que este viaje sea inolvidable. Por aguantarme.