Pues los sardos han llevado con mucha dignidad todas las invasiones y culturas que han pasado por la isla, se han quedado con lo mejor de cada una. Cagliari, su capital, es una muestra de ello. Vamos a entrar por una puerta grande: el Bastión de Saint Remy, construído a principios del siglo XX para unir la ciudad alta y más antigua con los barrios de Marina y Vilanova.
Cagliari tiene, según algunos restos del Paleolítico temprano hallados por arqueólogos, 150 millones de años. Pero fue la cultura Nurágica, desde el siglo XVI hasta el IX AC, la que empezó a configurar lo que hoy podemos ver. Luego llegaron los fenicios, después los romanos, sin olvidar los cuatro siglos que la isla estuvo bajo la Corona de Aragón. No es de extrañar que fuera, y sea, un pueblo navegante, comerciante y cuando no queda más remedio, guerrero. Nunca se dejaron absorber por los ocupantes, aunque todos ellos dejaron su impronta.
El elefante situado en la Torre de San Pancrazio es como un amuleto para Cagliari.
La torre, construída a principos del siglo XIV, es un símbolo de la ciudad y el punto más alto del castillo, 130 m sobre el nivel del mar.
Al pasar por la catedral, escuché música de órgano y allí entré.
Después de encender una vela, una costumbre transmitida por una buena amiga, me dediqué a grabar un video muy, muy casero. Con él termino por hoy. Espero que disculpes sus deficiencias. Ah! por cierto, algunos seguidores me han comentado lo complicado que es hacer comentarios. He cambiado la configuración, a ver si ahora es más sencillo. Los echo de menos.
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