sábado, 1 de diciembre de 2012

DOHA A TRAVÉS DE SU ESPEJO I


           Arreglar varios desaguisados del blog, cosas "normales" si no somos hackers, me ha venido muy bien. Para solucionárlos he repasado cuadernos, archivos de fotos y ¡héte aquí! que he encontrado muchísimo material de mi paso por Doha. Recuerdo, además, pido disculpas, una ocasión en la que te dejé a las puertas del museo islámico. Voy a remediárlo.



      El edificio, impresionante, es obra del arquitecto norteamericano Leoh Ming Pei, 91 años, y se abrió al público el 1 de diciembre de 2008. Es su último gran proyecto, se inspiró en la mezquita de Ibn Tulun, de El Cairo, y trató de plasmar "las esencia de la arquitectura islámica", sencillez de formas y una geometría basada en cubos girados. En su interior alberga coleccciones desde los siglos VII al XIX. ¿Entramos?




          Me habían comentado que en la tercera planta hay una sala con piezas españolas. Por allí empecé. Para confirmárlo se lo pregunté al "guardián"; éste, muy serio, me dijo: "no, son italianas". Al acercárme y leer "from Spain" no pude por menos que decírle: "perdone, son españolas". A lo mejor conseguí que la próxima información fuera correcta. Las dos primeras fotos son de la sala española, la tres siguientes desmienten que en la cultura islámica no se represente la figura humana.














      Disfruté una enormidad con tanta belleza. Comí allí con unas vistas a la bahía majestuosas. En Doha, a la que te descuidas te hacen una encuesta y en el museo me la hicieron. Al llegar a "beverages" marqué con una cruz "poor". Cuando la chica, encantadora, se acercó a recoger el papel me preguntó el por qué. ¡En fin! con la mayor educación le expliqué que echaba de menos una cerveza incluso sin alcohol, fue una conversación interesante. Tú eliges, nadie te obliga. Supongo que no sirvió de nada.



         A la salida, bajo un sol de justicia, terca como una mula, me dije que tomaba una cerveza o sí o sí. Sólo se puede beber alcohol en las casas particulares y en los hoteles internacionales. Así que después de preguntar y preguntar, paré un taxi y llegué a este bar de la piscina del Old Marriot, porque además hay horarios.





No he terminado con Doha. Continuará.

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