Cuando te hablo de la mezcla de modernidad y tradición, me refiero por ejemplo a que durante las semanas que estuve en Doha una de las exposiciones más visitadas era la de Takashi Murakami; no confundir con Haruki Murakami, escritor casi de culto, autor entre otras de "Tokio Blues", "Sauce ciego, mujer dormida", "De qué habló cuando hablo de correr" o "1Q84". Takashi tiene su punto, es uno de los artistas más influyentes procedentes de Japón, doctorado por la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio, con formación en nihonga, una muestra del neo-pop japonés. Y un ego que no sabe donde metérlo.
Vamos ahora con la tradición, construída a base de talonario.
El zoco de Doha es divertídimo y con muchas sorpresas. Siempre nos perdíamos, lo normal en un zoco, y encontramos tiendas fantásticas, además de poder fumar una sisha acompañada de una bebida de menta refrescante, deliciosa, con ese aire lánguido y sin prisas característico de la tradición oriental.
La segunda foto me costó una reprimenda del guardia de seguridad ¡fotos en un bar por la noche al lado de la playa con qataríes bebiendo alcohol aunque fuera en un hotel internacional!
Llegan las últimas horas en Doha. Nostalgia siempre. En la retina unos edificios que veía cada día, agua, unas aletas esperándome, una esperanza de avance en las costumbres del país. Y el agradecimiento eterno a quienes me acogieron con los brazos abiertos.
Por cierto, alguien quiere acompañárme a ver/escuchar a Rufus el 8 de diciembre en "La Riviera". Bueno, pues tú te lo pierdes.
1 comentario:
Buen guiño el del último video ;-)
Si esta última impresión (un lugar en el arco-iris) es la que te dejó Doha, entonces es que hay que ir pensando en visitar la ciudad.
Gracias por esta visita guiada.
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