domingo, 6 de noviembre de 2011

LAS MIL CARAS DE NEW YORK

     
      Como te conté ayer, fui a New York el jueves con tres objetivos que se desbarataron cuando, camino del Empire State, me topé sin más con Bryant Park: una delicia.


     El southwest porch, mercadillos, mucho árbol, una pista de patinaje sobre hielo, fuentes. Todo rodeado de altísimos edificios.




         Grabé un video, aunque no patiné ante el riesgo, soy torpe, de romperme una pierna.



      Y después de gozar de la plaza, el sol y un lunch estupendo, seguí mi camino y llegué a uno de los símbolos de New York: el edificio Chrysler. Pero ni intenté acercarme más porque "mi pepito grillo" particular me dijo "necesitas encontrar a los ocuppy y hablar con ellos", pequeña aventura compartida ya contigo. Mientas andaba, encontré edificios de todo tipo, de esos que te obligan a levantar la mirada, a detenerte.









      El edificio Chysler tiene una altura de 318 metros y la colocación de la cúpula, o vertex, de 60 metros, coincidió con el inició de la Gran Depresión. Durante 11 meses fue el edificio más alto del mundo, hasta que se inauguró el Empire State.


        Vi, en ese ir y venir, el estado de las obras de la Zona 0 y, sin saber cómo, me encontré al lado del puente de Brooklyn.






    A punto de quedarme sin baterías, todavía pude atrapar tres imágenes. La primera, un clásico de NY; la última, la cara más cruel de ésta y otras muchas ciudades.






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