sábado, 1 de octubre de 2011

DESAYUNO CON TIBURONES


       De nuevo en Princeton, encantada, y una de las primeras actividades a las que he asistido me ha hecho pensar, reir y decidir contártela. Se trataba de algo tan sencillo como un desayuno de trabajo convocado por un banco, al que estaban invitadas todas las ONGS del sur de New Jersey a las que patrocinan, 50 en total. No voy a dar nombres, ya sabes que no me gusta provocar problemas innecesarios a nadie. El evento tuvo lugar en el acuario de Camden, la ciudad situada enfrente de Philadelphia, con el río Delaware en medio. El objetivo de la reunión era dar a cada organización un cheque de 1.000 dólares. Aquí puedes ver el escenario del acuario elegido por alguien del banco para entregar los cheques.

    
      Sí, estuvimos rodeados de tiburones. Me gustaría saber a quién se le ocurrió la "maravillosa" idea de unir banco+tiburones. Intenté sacar una foto al mandamás regional del banco delante de los tiburones, pero para entonces se debía haber dado cuenta de que el lugar no era el más idóneo y cada vez que me veía con la cámara salía huyendo. Otro tiburón.


      Los responsables de las organizaciones recogieron su cheque muy contentos, normal, mientras a mí me daba por pensar que el banco se ahorraba esa mañana 50.000 dólares en impuestos porque aquí las donaciones se deducen en su totalidad. En España, por ejemplo, dependiendo del tipo de donación la deducción es del 10, 25 o 30%.  Eso no quiere decir que no exista la auténtica filantropía, pero permíteme que a mi edad dude de casi todo.

      


     Después de salir airosa de los tiburones, hubo tiempo para ver el perfil de Philadelphia, una ciudad a la que me escaparé cualquier día de éstos. El mayor centro histórico, cultural y artístico de EEUU. La cuna Benjamín Franklin, de las sopas Campbell, de películas inolvidables.....


       Las inquietudes y proyectos de tres jóvenes "norteamericanos" sin papeles de origen hispano, la casa de Charo, algunas visitas muy agradables, unos cuántos paseos, 1.500 m de natación, que me hayan colocado en "advanced conversation" en las clases de inglés y haber logrado, ¡por fin!, captar ésta imagen, me llevan a la última canción de hoy.