Cuando algo te gusta y llega de manera inesperada, lo disfrutas aún más. Eso sucedió el domingo, 2 de octubre. El día anterior, Isabel, amiga de Charo, nos propuso ir a navegar junto a su marido, Jens, en su coqueto velero de 8 metros de eslora por la Bahía de Barnegat. Dí saltos de alegría, mientras Charo, a quien no le gusta navegar ni el mar ni la piscina, hacía de tripas corazón y aceptaba la invitación: GRACIAS. Te sitúo. Costa de New Jersey, Bahía de Barnegat, enorme y muy tranquila, con viento racheado ese día.
Llegamos a una pequeña marina, "Up the creek", con nubes, fresquito, dos cestas con la comida, unas cervezas y hasta una tarta.
A motor y con poquisímos barcos alrededor recorrimos el Canal hasta salir a la Bahía, donde entre Jens e Isabel desplegaron las velas, una gozada.
Navegamos a vela casi dos horas, fondeamos cerca de los arrecifes para comer y contemplar el horizonte, las nubes, otras embarcaciones, las gaviotas que a mi, la verdad, no me gustan demasiado. Pero el mar sí me embriaga.
Tuvimos suerte y no se cumplieron los pronósticos del tiempo que anunciaban lluvia. Ahora, te presento a Isabel, Jens y Charo, a quien ya conoces. Y luego llegan "las dos chicas Pescanova" como nos llamó Isabel. Nos podían contratar.
Un sueño, tener una de éstas casas con la embarcación a la puerta.
O algo más discreto, una de estas motoras, tan bien avenidas.
Tienes todo el derecho a que la siguiente canción te parezca una cursilada, pero forma parte de una campaña por lo que si alguien se da por aludido, fantástico.
Y hoy, martes, tengo la sensación de que pierdo el tiempo, duermo demasiado (lo achaco a la falta de nicotina), voy retrasada con el blog. Entonces, cuando pienso en las clases de inglés recibidas; los 4.000 metros de natación; las conversaciones con Charo con quien fui anoche a una reunión sobre racismo, me quedo más tranquila, no sé puede abarcar todo.
De la reunión de anoche poco puedo contárte porque piden CONFIDENCIALIDAD para que los integrantes del grupo puedan sentirse más libres al hablar. Sólo dos detalles con los que no creo romper esa regla: entre 15 asistentes, sólo 1 hombre y 4 personas afro-americanas. 2º detalle: aquí como en muchos otros lugares, las personas prefieren hablar de "nice things" que de problemas reales.
¿Hablamos del tiempo?
3 comentarios:
Pero qué envidia me dais, vaya vida que os pegais. Charo, me parece que me voy a los states a vivir.
un beso a las dos.
Pero qué envida me dais. Cómo os lo pasais. Charo me estoy pensando irme a vivir a los states. besos a las dos.
Perdón por repetir pero es que no he sabido hacerlo bien a la primera.
Tana quiero fotos de Manhattan por fa.
Publicar un comentario